No se trata de señalar carencias. Se trata de reconocer recursos.
Cuando se trata de avanzar profesionalmente, muchas personas se detienen porque sienten que no tienen lo suficiente: experiencia, habilidades, títulos..
Pero hacer una autoevaluación no implica enfocarse en lo que falta, sino en lo que tienes y puedes usar estratégicamente.
Ese inventario honesto de habilidades puede ser el punto de partida más poderoso para avanzar.
Tu carrera no se construye desde el vacío. Se construye desde tu experiencia.
💡 Ponlo en práctica:
Elige una habilidad que uses con frecuencia en tu trabajo y anota un ejemplo reciente donde fue útil. Así empiezas a documentar tu punto de partida.